NO QUE NO HAY DINERO!!!!!!!!!

Luego de las posadas y la cena de navidad; de regreso por estos lares. No me laten mucho las fiestas, pero éstas de unos años para acá me parecen un buen momento para “descansar”, si se puede y lo mejor, estar con la familia.
En cuanto a lo descansar, la verdad está cañón. Con eso de que debes preparar lo de la cena: el pavo, el lomo, los romeritos, la sidra –o lo que vayas a beber-, los regalos para el intercambio, en fin tantas cosas. Todo lo tratas de hacer con la mayor premura posible. Pero la verdad es que no puedes; como buen mexicano todo lo dejas hasta el final. Claro en está ocasión puede que esta situación quede justificada, ya que con la cuestión económica que reino durante todo el año, es comprensible que esperáramos el pago del aguinaldo. Pero la realidad fue otra, desde los primeros días del mes la gente se aglomeraba en las tiendas de ropa, en los bancos, en los centros comerciales; filas por todas partes. Era increíble ver tantas personas, que no se suponía que no había dinero y que el aguinaldo llegaba a mediados del mes.
¿De dónde salio?... es una buena pregunta. Lo que mas me llamaba la atención es que no había persona sin una bolsa con algo nuevo, ni una sola que dejara sin llevar nada. Bendita mercadotecnia. Ahora ¿de qué nos van vestir?... Pantalones ajustados, botas moradas, gorritos cagados, chamarras metálicas o fluorescentes, palmeras llenas de dibujitos o leyendas en inglés mal escritas. En la televisión que nos dirán que debemos tomar, fumar, ver o usar. Parecemos autómatas, todas cortadas por la misma tijera. Lo peor es que ya todos terminamos pensando lo mismo.
Ahora esperemos el año nuevo y, lo que viene con el. Ya nuestros políticos adelantaron un poco de eso. Empezaremos con pagar nuevos impuestos… ojala no se les ocurra un día cobrar impuesto por cada ventana que haya en casa (cosa que ya sucedió en la época de la colonia). Pero eso aún no llega, mientras tanto sigamos disfrutando del aguinaldo… si aún queda algo de el. Total en enero, las filas ya no serán el las tiendas, si no en el Monte de Piedad, lugar dónde llevaremos la tele nueva que compramos apenas el mes anterior, no para pagar una nueva deuda, si no para terminar de pagar esa misma tele empeñada… que cagado.
Pero bueno, lo que queda intacto es la convivencia con la familia, eso si que cale la pena.